Tras dos días intensos en que he asistido al Congreso Nacional de Interoperabilidad y Seguridad 2012, reordeno mis notas y aprovecho para trasladar al blog de Inforárea algunas de las reflexiones que la cantidad de temas escuchados me suscita.
Los meses de diciembre y enero son tiempos de cierre de cuentas en las empresas, recapitulación de lo que ha ocurrido en el año y planificación del siguiente ejercicio. Hay que evaluar los indicadores, elaborar las memorias anuales, revisar el cumplimiento de objetivos, cerrar presupuestos y costes, realizar estimaciones, hacer presentaciones para órganos de gobierno: en definitiva, analizar lo que ha ocurrido en el ejercicio.
El año 2011 culmina con una serie de hechos relevantes respecto a la gestión de los documentos que nos animan al optimismo ya que ponen de manifiesto la importancia que está adquiriendo esta materia en el contexto de la gestión de la información.
El año 1999 finaliza con el síndrome del “efecto 2000” -efecto del cambio de siglo en los ordenadores- que amenazaba con dar al traste con todo el trabajos realizado en décadas anteriores. Por suerte, gracias a un gran trabajo previo de adaptación en muchas aplicaciones informáticas, nada ocurre y nos adentraremos de lleno en la vaticinada Sociedad de la Información.
En el ámbito de la automatización de los fondos bibliográficos y documentales, el inicio de la década de los 90 estuvo marcado por la continuidad de los trabajos iniciados en la etapa anterior, con una gran actividad impulsada por la celebración en el año 92 del V Centenario del Descubrimiento de América y la Exposición Universal de Sevilla.